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sobre las olas

sobre las olas

Siempre las buscamos, las esperamos y las disfrutamos. El fluir de una ola, el deslizarse sobre una masa líquida, viscosa, dinámica, seguramente es una de las sensaciones más placenteras que el hombre pueda disfrutar.

Cada ola es diferente, tiene su propia personalidad, es un continuo desafío. La rutina no tiene lugar en el espíritu del tablista; todo es cambiante, todo es dinámico y la búsqueda de la perfección es afortunadamente inagotable.

La belleza estética de las olas y la adrenalina que ellas generan son verdaderamente únicas entre las diversas actividades que el hombre desarrolla en el mar.

Pese a la trascendencia que las olas tienen para los tablistas, no todos conocen cómo se generan estas magníficas creaciones de la naturaleza. Sobre el tema, los oceanógrafos físicos han escrito extensos tratados e innumerables trabajos científicos y además han generado eficientes modelos matemáticos para predecirlas, para formarlas artificialmente y, en definitiva, para minimizar catástrofes como las que producen los tan temidos tsunamis (olas gigantescas con un poder destructivo increíble y que muchas poblaciones del Pacífico padecen periódicamente, como el caso del Japón).

La quietud de la superficie del mar puede ser transformada a manera de ondas de diversas características y por diferentes motivos. Uno de ellos son las fuerzas de atracción del Sol y la Luna que generan las mareas.

Sin embargo, la causa que produce la mayor cantidad de las olas que solemos correr los tablistas son las que se forman por la acción del viento, quien ejerce una acción de tipo mecánica sobre la superficie del mar. No obstante, y contrariamente a lo que uno supone, la acción del viento se produce a un nivel imperceptible para el ojo humano, ya que el viento produce un movimiento de oscilación de las moléculas de agua que se va trasmitiendo paulatinamente a las demás. Las moléculas, en realidad, describen curvas y se inmovilizan casi en los puntos de partida, pero la onda se trasmite y llega desde el mar adentro hasta la costa.

En resumen, la ola que corremos en la costa no es una masa de agua que se viene transportando desde el lugar de origen, sino que es la energía que se va transfiriendo de molécula a molécula de la masa líquida.

En el fondo del océano los sismos y las erupciones volcánicas son capaces de generar las olas más grandes que se conocen y que se denominan maremotos o tsunamis. Para tener una idea de la extraordinaria velocidad con que puede transportarse una onda sísmica que genera olas en el mar, digamos que un fenómeno de este tipo producido en Chile hace su aparición en Hawaii a manera de ola, en tan sólo 15 horas; uno producido en Alaska llegaría a Hawaii en 5 horas y uno producido en Japón llegaría aproximadamente en 7 horas. Esto datos sirven para darnos una idea de la eficiencia con que se trasmite la energía de molécula a molécula de agua y la velocidad con que lo hace.

Si bien las olas pueden ser diferentes en su tamaño y aspecto, todas poseen elementos o atributos que es importante definir y conocer. Toda ola, que no es otra cosa que una onda que se desplaza en un medio líquido, tiene una parte elevada que se denomina cresta o cima y otra parte baja que se denomina valle o seno. La distancia vertical entre el valle y la cresta representa la altura de la onda.

La amplitud de una ola es la distancia vertical entre la cresta y el nivel de aguas tranquilas.

La longitud de la onda es la distancia horizontal entre dos crestas sucesivas. Esta longitud de onda puede ser de distancia variable y es lo que define el tren de olas o el swell tan deseado por los tablistas. De acuerdo a la longitud de onda, será el tiempo que deberemos esperar para poder correr dos olas en forma sucesiva.

El tiempo que necesitan dos crestas sucesivas para pasar por un punto fijo se denomina período de onda.

Velocidad es aquella a la que se traslada la onda sobre la superficie del mar.

Ya reconociendo estos elementos que son fundamentales para evaluar las características de una ola, pasemos entonces a relatar cómo se desarrolla una ola por acción del viento.

Las olas comienzan a formarse en lo que se conoce como área de generación, esto es la región del mar donde sopla el viento. En este aspecto de la generación de las olas juegan un rol importante dos características fundamentales del viento: uno es la intensidad del viento y otro es la duración del mismo. A manera de generalización digamos que un mismo tipo de ola puede ser generada por un viento intenso y de corta duración, o bien, por un viento débil pero de larga duración.

La energía que acumulan las olas es directamente proporcional al cuadrado de su altura, por ello las olas pequeñas sufren el efecto amortiguador de la viscosidad del agua y decaen rápidamente una vez que se alejan del área de viento que las han generado. Las olas más grandes, en cambio, se conservan y se propagan mucho mejor para subsistir y transformarse en el denominado mar de fondo de los marinos o swell de los tablistas.

Cuando las olas se acercan a la costa se produce la rompiente por efecto de la disminución de la profundidad. Las olas y la mar de fondo van perdiendo velocidad y longitud, aumentando su altura y conservando empero su período, por lo que se dice que la onda siente o toca el fondo. Desde el punto de vista técnico cuando el mar de fondo llega a la orilla y sufre estas modificaciones recibe el nombre de mar de leva, pero esta terminología no es muy usada en el ambiente del surf.

Sin duda que las características del fondo marino y su tipo de pendiente generan olas de diferente tipo. De esta forma podemos tener olas de playa que se generan a partir de fondos de suave pendiente y que forman olas generalmente con un drop o pared poco crítica para el tablista. En cambio, en áreas tropicales en donde se eleva en forma abrupta un arrecife coralino, es capaz de aumentar en un corto trayecto la altura de la ola y hacer que la misma presente una marcada pendiente y desarrollen formas particulares con formación de diversos tipos de tubos, paredes de gran recorrido, etc.

El viento, además de generar olas, juega un segundo papel muy importante y que consiste en modelar la ola. De acuerdo a la dirección e intensidad del viento, un mismo tipo de ola puede romper de manera distinta. En el caso de Mar del Plata sabemos que los swells más importantes provienen de las famosas sudestadas y la mayor perfección de olas las tendremos en las playas del sur de la ciudad, en caso que sople un viento de dirección noroeste.

Las olas pueden producir grandes satisfacciones para los tablistas, pero también grandes desgracias para las poblaciones costeras. Las olas que generan los huracanes en zonas tropicales destruyen anualmente grandes áreas costeras y mueren muchas personas.

Los disturbios sísmicos submarinos y erupciones volcánicas pueden producir ondas que alcanzan grandes alturas y que se propagan a velocidad extraordinaria con una intensidad destructiva difícil de imaginar. Cuando se produce este fenómeno, la onda en el mar puede tener una altura de solamente 4 centímetros pero en la vecindad de la costa puede transformarse en olas gigantes de hasta 40 metros.. Olas éstas que sin duda ningún tablista sería capaz de dominar.

En virtud de esto y gracias al desarrollo de la Oceanografía Física y la proliferación de satélites altamente especializados, es posible hoy día tener un panorama en tiempo real del estado de las olas en cualquier parte de nuestro planeta. Varias páginas de Internet dedicadas al surf de nuestro país brindan pronósticos de olas basándose en esta tecnología. De tal forma que si el lector tiene una PC puede obtener esta información fácilmente de las páginas nacionales de surf, o bien, puede ir a la fuente original a los siguientes sitios:

http://152.80.49.204/PUBLIC/WAM/wam.html
http://www.oceanweather.com/data/global.html

Sin duda que el presente material no es otra cosa que un panorama muy general sobre las olas, sus características y cómo se producen. El mismo puede llegar a constituir un material de utilidad para aquellos tablistas que además del placer que produce correrlas, también se deleiten analizando a estas extraordinarias esculturas de la naturaleza.

Por Ricardo Bastida

Biólogo Marino y Surfista

(Fuente: www.escapeurbano.com)

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